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miércoles, 11 de enero de 2012
Klimtfascinada me hallo
En mi familia, el señor Klimt es muy popular, quizás ellos no saben que Gustav era un romántico empedernido, vivía enamorado de lo bello y lo brillante, de sus amantes, de la piel de sus amadas compañeras y modelos, de la sensualidad y de la belleza. Vestía a las mujeres para que nos las imágináramos desnudas, desnudaba a jóvenes a las que vestía de sensualidad. Era una criatura sensual y sexual que prefería deleitarse con el goce de esas cosas que a veces nos ofrece la vida, del disfrute del cuerpo y los sentidos y supo llevarlo a su transmisión artística. No es por menospreciar a otros artistas coetáneos que vivían tristes y desamparados, pero si la gente que no entiende mucho de arte prefiere comprar láminas reproducidas de las obras de Klimt a 8 euros en un mercadillo, será porque se ha conseguido la perpetuación de esa fascinación por lo bello, lo romántico y lo sensual, y al contemplar una obra de Klimt algunos no podemos refrenar esa sensación carnal de sentirnos abrazados, inexplicablemente arropados y calientes o simplemente dejándonos llevar por esa adición al placer, el misterio o su sentido místico del sexo, perdón, quise decir amor.
Las fotografías pertenecen a un encargo realizado en collage sobre lienzo y técnicas mixtas, en tres piezas. Siento la pésima calidad de las fotografías, sigo sin scanner operativo.
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