viernes, 10 de febrero de 2012


[...] Y nosotros, estúpidos nietos de tiempos mejores, nos enredábamos en cariños y afectos, sufríamos como idiotas al perderlos y disponíamos de nuestra existencia de manera irresponsable, como si creyéramos que podíamos repartir el corazón y quedar impunes. 
[...]

La Flor del Norte - Espido Freire. 

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