sábado, 17 de enero de 2015

La estrella que brillará mañana.

La yaya Matu decía muchas cosas
y todas eran ciertas
aunque con su humor
te gustaran más o menos,
sus opiniones y sus dichos populares,
y cada uno se quedaba a fuego
como clavos ardientes.
Decía que la pena no era envejecer
y ver a tus amigos morir
sino verles morir de jóvenes
cuando aún les quedara vida que correr
y penas que llorar.
No me atreví a ir a tu entierro
no quise ver a la gente
mirando lo poco que quedó de tí,
ojos que reían en días grises
ni esa sonrisa que iluminaba calles enteras,
lo poco que dejó de tí
la quimio de mierda
ni ver apagarte en sesiones.
Te encuentro en los ojos de tu madre
tan triste, tan sola, tan brillante
ese brillo que nos dejaste
tesoros enterrados bajo un colegio
juegos de escondite infinitos
lágrimas mezcladas con herrumbre
son como aquel pacto de sangre
porque mañana todas nuestras hijas
llevarán tu nombre.

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Aaaay, ponme algo, que es graaaatis